domingo, 16 de noviembre de 2008

Reciclando oportunidades

Cumpas, subimos esta nota que leimos en "Nodo Tau" (http://www.tau.org.ar/)
No sabemos si eso de juntar chatarra sirve. Por lo menos los chicos del Nodo lo estan haciendo. Ellos estan en rosario, fisicamente junto a FARCO y doy fe de que hay monitores viejos hasta en los baños.


Reciclando oportunidades
Lo que para algunos es basura electrónica, para otros puede significar la posibilidad de estar más incluídos en la denominada Sociedad de la Información. Claro que hay mediaciones: los desechos electrónicos se reducen, reutilizan, reciclan y recuperan. Lo importante es que existen vías definidas para proteger el medio ambiente, cuidar la salud humana, trabajar a favor de la inclusión digital y hasta crear fuentes de trabajo. Y, para conseguir exactamente lo opuesto, también. El tratado internacional que regula los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y sus formas de eliminación es el llamado Convenio de Basilea. Más de 160 países firmaron dicha convención adoptada en 1989 y que entró en vigor en 1992. Cabe destacar que la representación regional para América Latina del Convenio de Basilea, el Centro Regional del Convenio de Basilea para Sudamérica, se encuentra emplazada en Argentina. (http://crsbasilea.inti.gov.ar)
Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) tan sólo en Estados Unidos se desecharían entre 14 y 20 millones de PC cada año. Y se pronostica que esas cantidades de basura podrían llegar a triplicarse hacia el año 2010.
Año tras año, la Argentina duplica la cantidad de basura electrónica que produce. Sin embargo, aún no existe ninguna ley nacional que apunte a prevenir el aumento de la generación de residuos electrónicos y eléctricos o fomente su reutilización y reciclado.
A pesar de todo, parece ser que lentamente la conciencia acerca del problema está llegando a tocar algunos puntos clave en el paso a la acción. En julio de este año, la legislatura porteña sancionó una ley que dispone medidas para evitar la generación de residuos electrónicos y tanto reducir la eliminación de sus componentes como regular su gestión para mejorar la protección del medio ambiente. A través de esta ley se pondrá en marcha un plan integral de separación, reutilización, recuperación y reciclado de la basura electrónica en la Ciudad de Buenos Aires.
También en mayo de 2008, la Municipalidad de Rosario sancionó la ordenanza N° 8.265 que da origen al Programa de Revalorización, Reciclado y Recupero de Residuos Domiciliarios “Especiales”, dependiente de la Secretaría de Servicios Públicos y Medio Ambiente municipal. “Se consideran Residuos Domiciliarios Especiales a materias primas de artefactos eléctricos y electrónicos en desuso, lámparas fluorescentes de bajo consumo, termómetros de mercurio, pilas y/o baterías; y todo elemento que el Departamento Ejecutivo considere pertinente incorporar mediante la reglamentación de la presente”, se explicita en el texto de la ordenanza.
Además, el Departamento Ejecutivo deberá realizar una campaña de difusión y concientización sobre los recaudos a tomar en la manipulación de estos elementos y para fomentar su reciclado y/o recuperación. También se instalarán contenedores especiales en lugares de fácil acceso para los/as ciudadanos/as, para determinar con posterioridad la disposición final de los residuos domiciliarios “especiales” de acuerdo a sus características.
Durante esta semana el Ministerio de Educación presentó el plan de “Reciclado en el aula” que estará a cargo de
Educ.ar. El mismo reunirá y reciclará los equipos informáticos donados por organismos públicos y empresas, para luego ser destinados a colegios e instituciones de formación docente de todo el país. De aquí a fin de año esperan reciclar cerca de 8.000 computadoras y llegar a las 12.000 en 2009. Además, de acuerdo a lo anunciado, el programa brindará acompañamiento pedagógico a las escuelas involucradas en el proyecto, además de materiales didácticos y capacitación a los docentes.
Gran parte de la basura electrónica tradicionalmente se transportaba desde los países más desarrollados hacia Asia pero, al aumentar la severidad de los controles en dicho continente, los desechos comenzaron a ser redireccionados casi exclusivamente hacia Africa. ¿Cuál es el problema de esto? Si pensamos que entre 25 y 75 por ciento de estos artefactos son inutilizables, el problema es grande. Estamos hablando básicamente de basura electrónica, es decir, artículos que no tienen posibilidades de ser recuperados y además, contienen elementos sumamente perjudiciales para la vida humana y el medioambiente como bario, cromo VI, fósforo, plástico (pvc), berilio, cadmio, mercurio, entre otros componentes tóxicos.
Existen plantas en las que se recuperan los componentes de los artefactos eléctricos y electrónicos como plásticos, metales y circuitos, llamadas chatarreras electrónicas. En Argentina, hasta poco tiempo atrás eran dos las registradas en la Secretaría de Medio Ambiente:
Silkers en el Partido bonaerense de Quilmes y Botrade.
No debe subestimarse la cantidad de
proyectos sociales de reciclaje y residuos electrónicos que se están dedicando al tema en América Latina, como Fundación Equidad, E Scrap y Va de vuelta en Argentina, Reciclemos en Bolivia, Hidronor, Todochilenter, Centro de Estudios en Derecho Informático, Grupo COMEC, DEGRAF, Centro de Derecho Ambiental de la Universidad de Chile y Recycla de Chile, Centro Nacional de Producción más Limpia y Computadores para Educar de Colombia, Citec Fiuna de la Universidad Nacional de Paraguay, Via Tecnológica en Venezuela y el Comité para la Democratización de la Informática en Brasil, entre otros.
También cabe destacar la enorme cantidad de
iniciativas que trabajan en Canadá, la Comunidad Europea y Estados Unidos con el fin de enviar esos equipos reciclados para su uso en proyectos sociales en Africa, Asia y América Latina.
Entre 2004 y 2007, la organización chilena
SUR Corporación de Estudios Sociales y Educación con el apoyo del IDRC, llevaron adelante el Proyecto de Investigación Aplicada sobre el Reciclaje de PC en Latinoamérica y el Caribe. Las conclusiones de este trabajo apuntaron a la extrema necesidad de abordar el tema de la basura electrónica en Latinoamérica y el Caribe (LAC). (Leer entrevista de enREDando con Uca Silva, responsable de la Plataforma RELAC en el marco del Proyecto de Residuos Electrónicos SUR/IDRC)
Este estudio señala que “si bien la adopción de tecnologías por parte de la población latinoamericana no alcanza las cifras de los países desarrollados, la tendencia sobre la producción de basura electrónica presenta el mismo aumento acelerado de esos países”. A esto se agregaría el hecho de que, en la actualidad, los montos de basura electrónica están a la cabeza en la lista de desechos de todo tipo.
“Para responder a la necesidad de enfrentar el tema de la basura electrónica en la región se presenta la siguiente propuesta, cuyo objetivo principal es implementar una plataforma regional asociativa que, a través de la investigación aplicada, el desarrollo de capacidades y la gestión comunicacional, fomente, articule y difunda iniciativas que promuevan soluciones para la prevención, la adecuada gestión y el correcto tratamiento final de los residuos electrónicos generados por los PC en LAC”, anuncia la propuesta.
Una experiencia local
Una década atrás, la organización Nodo Tau de Rosario fue una de las primeras en crear un Banco de Máquinas usadas, donde se reacondicionan los equipos para equipar los Telecentros Comunitarios de Informática. Otra parte de los equipamientos reacondicionados se destinan a algunas organizaciones que no disponen de computadoras, a quienes se les brinda además apoyo técnico en su uso y mantenimiento.
La Escuela Santa Mónica para chicos especiales de la ciudad de San Lorenzo está iniciando en estos días un taller de capacitación para jóvenes en el reciclado de residuos electrónicos. “El proyecto tiene dos destinatarios principales: por un lado los alumnos de Santa Mónica. Por otro lado, chicos de escuelas secundarias de la zona con dificultades socioeconómicas. El objetivo es que aprendan a formar emprendimientos sociales, que puedan seguir trabajando y conformando con estos conocimientos una posible fuente laboral”, señala el coordinador del proyecto, Eduardo Rodríguez.
El proyecto se enmarca en un régimen de apoyo del
Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET), bajo cuya órbita se encuentra esta escuela ya que ofrece terminalidades en oficios. La escuela debe procurar una empresa que aporte el dinero ― en este caso la empresa es La Virginia ― que recibe de parte del INET un certificado de crédito fiscal. Participan del proyecto, además de la escuela que lo presenta, la Facultad Católica Fray Rogelio Bacon como entidad capacitadora y la Asociación Civil Nodo Tau como asesora de la iniciativa.
“La capacitación, que está comenzando en este segundo semestre del año, incluye cuatro ejes. En primer lugar qué partes tiene una computadora, qué son residuos electrónicos, qué componentes tienen, cómo contaminan, cómo deben ser tratados y cómo afectan a la salud. El segundo eje consiste en el reacondicionamiento de las computadoras, el tercero en el desarmado de las máquinas y la reutilización de los componentes y por último un módulo de gestión de empresa cooperativa y de empresa social” enumera Rodríguez, que es además docente de la Facultad Católica y miembro fundador de Nodo Tau.
Paralelamente se está realizando la instalación de un enlace inalámbrico que permitirá que la escuela comparta la conexión a Internet con el Colegio San Carlos que junto con la escuela Santa Mónica, pertenecen a la orden de los franciscanos. La instalación de la antena para la conexión es un aporte de una empresa de la zona que también donó las máquinas para la sala de informática de la escuela.
“Todos los chicos tienen entre 14 y 18 años. Los chicos de la escuela tienen diferentes discapacidades, como Síndrome Down y otros tipos de dificultades en el aprendizaje y la motricidad. El otro grupo, al que llamamos “los de afuera”, está conformados por adolescentes de la comunidad, que fueron convocados por la propia escuela. Además hay dos chicos que no son de la escuela pero que también tienen dificultades en el aprendizaje” comenta Melina Dachesky, que integra el equipo de coordinación del taller junto con Santiago Costa. Ambos son estudiantes de la carrera de Sistemas de la Facultad y también integrantes de Nodo Tau.
“Iremos trabajando los conceptos básicos ambientales sobre la contaminación y el reciclado, identificando las partes de la computadoras, qué es el CPU, qué es el gabinete, qué es la placa madre, qué son las plaquetas, y después los componentes que tiene cada una de las partes de la computadora. Por ejemplo, ¿qué tiene el monitor? Cadmio. Bueno, esa sustancia ¿qué nos produce en la salud?” grafica Melina. Con los chicos de Santa Mónica se trabajan los mismos temas, con una parte teórica más breve y más desarrollo práctico. “Armamos tachos de basura o hacemos carteles. La idea es que cuando se armen los talleres de reacondicionamiento se integren los dos grupos. Sabemos que hay tareas que por problemas de motricidad no podrán realizar estos chicos pero la idea es que se complementen”.
El proyecto, que contempla el trabajo de un año, incluye el armado de un taller de reciclado donde se trabajará con computadoras que la escuela recibe como donación. “Hay una sala inmensa donde se van a poner las estanterías, los bancos de pruebas y el lugar para poner los desechos y clasificarlos” describe Melina. Sobre el destino de las máquinas, destaca que primero prestan atención a la reparación. “Las que se pueda serán reacondicionadas para volver a usarlas. Si sirven para la escuela, quedan allí, sino se destinarán a alguna organización que las necesite. Por último se intentará armar un mercado del usado- Después vendrá el reciclado. Las compus que ya no tengan arreglo se van a dividir entre plásticos y los demás componentes y veremos la posibilidad de vender cada uno de los elementos. La idea es pensar qué hacemos con lo que desechamos que son residuos peligrosos. Como no hay legislación, se debe buscar la manera de que tengan una disposición final, ambientalmente segura”, aclara.
Una tarea pendiente es la de sistematizar las cartillas didácticas de los talleres. “Estamos armando las dinámicas pero la idea, contemplada en el proyecto, es sistematizar los contenidos de manera que quede un material integral”. Para Melina “la experiencia es increíble por el desafío que implica adaptar los contenidos técnicos. Esta es la primera vez que hacemos una capacitación de este tipo, no tenemos mucho recorrido”. Destaca el aprendizaje técnico de los dos grupos de chicos pero también el propio: “yo también voy a aprender sobre el arreglo de computadoras, la organización de una planta de reciclado. Valoro la satisfacción de transmitir estos conocimientos técnicos, ofrecer ese contacto con las máquinas. Eso entusiasma e invita a pensar modos mejores para ellos”.

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